jueves, 27 de julio de 2017

Desde la memoria

Hay días en los que dejo el presente y me doy una vuelta por la mente.
Una gran cantidad de información es la que logré guardar a través de los años.
A veces, me pregunto para qué sirve tanta data, ya que no todo es necesario.
Pero algo en mí me dice que es necesario tenerla para no repetir algunos errones involuntarios.
La impaciencia bien sabe que la velocidad no es el camino correcto y los impulsos llegan solos.
Y el aprendizaje ha sido controlar esa velocidad.
También, aprendí a frenar pensamientos y llegado el momento de accionar, me paralicé.
Una vida cuenta con distintas situaciones y la mayoría fueron para sortear obstáculos.
No siempre ha estado lo que se conoce como suerte, a mi favor.
Y tampoco se trata de azar, sino de voluntad y actitud.
Pude forjar mi personalidad en la que hoy, me guía lo que siento.
Mis emociones están bien protegidas y juegan con la memoria para visitar algunos recuerdos.
Desde la memoria, me permito recorrer laberintos para darle un buen uso al cerebro.
Conocer la solución queda grabado, pero cada determinado tiempo, está bien caminar por esos caminos.
Muchas vueltas para encontrarme a mí mismo.
Observo el trabajo que hice en mi interior y me alegra.
La sabiduría del querer y del estar dispuesto a seguir aprendiendo.
Ser flexible con lo que pienso para poder hacer mucho más.
Una multiplicación de sentimientos que se logra cuando me siento holísticamente centrado.
MARIANO SANTORO