Muchas nubes has visto pasar a través del largo camino transitado.
Mirando al cielo, has fijado tu fe en las pequeñas estrellas que te guían.
Mientras el piso se quebraba por diferentes situaciones.
Sentiste perderte en un laberinto de negatividad.
A tu derredor sólo había siluetas de lo que alguna vez fueron relaciones.
Todo se fue desvaneciendo, pero algo en ti, creyó en la divinidad.
Y la lluvia bien supo lavar malos momentos y algunos pecados.
Mojaste tu ser con lágrimas silenciosas.
Y el sabio sol, sin pedirte permiso, se acercó y comenzó a acariciarte con su calor.
Te abrazaste como nunca antes lo habías hecho y comprendiste que el amor real, existe.
Las palabras que has dejado en cuadernos incompletos, formaron un arcoíris y fue ahí donde focalizaste una nueva meta.
El horizonte te marcó tu nueva misión, un nuevo sentido para tu existencia.
Sin dejar pasar el tiempo y sin mirar las grietas del corazón, caminaste.
Hoy tu clima interior se renovó y el sol, se hizo un lugar en tu cuerpo.
Tu mente, hoy despejada hasta de prejuicios, se expandió para recibir lo que el destino tenga en modo sorpresa.
Te sentiste viva y vibraste hasta romper la caparazón energética.
Tus ojos hoy se permitir observar mucho más de lo que te contaron.
Hoy renace en vos, una nueva persona en un cuerpo lleno de experiencia.
No habrá vacíos, porque el amor que te deja despertar, se alegra ante el nuevo amanecer.
MARIANO SANTORO