El pronóstico anunciaba lluvia, pero mi ánimo bien supo alegrarse.
Llega a tiempo para una buena limpieza.
Acomodar los pensamientos y preparar los sentimientos.
Gotas energizantes que caían comenzando a bañarme.
Decenas de recuerdos se hicieron presente junto a una lista de personas que me brindaban su saludo.
Es muy saludable poder encontrarme bien y con las puertas de algunos proyectos, a la vista.
La creatividad se mantiene vigente.
Y el corazón, sigue latiendo con fuerza y con ganas de cumplir con su hermosa tarea.
La mente se permite hacer pequeños viajes para llevarme por algunos instantes de mi vida.
Abrazo sin apegarme a algunas situaciones.
Y valoro cada momento, porque todo ha sido parte del aprendizaje.
Proteger la esencia es una interesante misión y esta energía que se renueva, moviliza y recorre mis venas.
Todo mi ser juega por diferentes caminos, con la mente marcando la opción: Disfrutar.
Ir sacando pieles y enfrentarme a la desnudez de todo lo que soy.
El núcleo con el que he nacido, tiene la protección sagrada de mis padres.
Todo lo que me rodea, tiene un sentido y en este caminar, voy viendo imágenes de experiencia.
Y aún quiero ser alumno, aún deseo poder dar mucho más de lo que di.
Lo que cae del cielo, mi cuerpo lo atesora y lo guarda.
Y a todo lo que llega, sigo agradeciendo, porque hay más amaneceres en mi destino.
MARIANO SANTORO