Es probable que las circunstancias hayan puesto en el camino, varias piedras.
Pero tu propio camino, lo has logrado atravesando mucho más que obstáculos.
Y el equilibrio por la cual la vida te compensó, ha sido no salirte de tu fe.
La consistencia de creer que todo tiene un aprendizaje.
La solidez de tu corazón ha sabido dejar muy buenas huellas.
Continuaste creciendo mientras observabas diferentes comportamientos.
Y la sensatez de tus actos, han edificado el ser que aún tiene mucho por transitar.
Hubo instancias en la que el contrapeso casual, te supo guiar en la balanza personal de valores.
Te relacionaste con la mayor cantidad de personas que has podido y elegiste las que estaban para sumar.
La madurez emocional te permitió superar finales incompletos.
Y en cada amanecer, jamás dejaste de agradecer la armonía de tu ser.
Las proporciones han variado, pero la simetría con tus ideales se mantienen firmes.
Seguiste el ritmo de tus latidos y conociste el amor más puro, que es el de la espiritualidad.
Esa perfección divina, mejoró tu actitud.
Y potenciaste tu manera de comunicarte, porque te sentiste querida.
La pureza de las caricias recibidas permitió que crezca en vos, un estilo empático.
La bondad en tu modo de ayudar, perduran más allá del tiempo.
Todo lo que das, se hace carne en quien lo recibe.
Y sos vos, la que sabe perfectamente, que el amor dura y se multiplica al transformar todo en positivo.
MARIANO SANTORO