domingo, 26 de mayo de 2019

Escritor de experiencias

Con una vida social seleccionada, he encontrado mis espacios para dedicarme al autoconocimiento.
He recorrido varios caminos de la soledad y me pude hacer amigo.
Instantes de tristeza hasta que aprendí a canalizar esa energía.
Y la misma, la dirigí hacia otros rumbos que el destino me tenía reservado.
Pasé por una gran serie de situaciones que fueron pura y exclusivamente para crecimiento.
No todas fueron agradables, pero le he puesto la mejor onda.
Obviamente que el período de transitar, fue lento y el dolor quiso hacerse piel.
El cuerpo débil permitió hasta que se dio cuenta que la autoestima, estaba por encima de todo.
Algunas veces me perdí y me reencontré en mis escritos.
Dejar testimonios que algunos sabrán y conocerán y otros serán parte de mis memorias.
Expresar lo que el corazón siente, sólo se puede hacer cuando estamos fuertes.
Jamás debemos dejar que la debilidad se apodere de nuestra fe.
Y en el creer en mí, me animé a mirar hacia el divino cielo.
Disfrutar de un bello sol y de la romántica luna.
Ese mágico farol nocturno que me acompaña en todos mis sueños despiertos.
Y hoy puedo sentarme y hasta recostarme en una plaza.
Vivir el hoy, sabiendo que tengo un mañana que me lo brinda la fe en Dios.
Aún me inspiro, aún mi corazón tiene mucho por decir.
Y valoro que alguien, en algún lugar del mundo, pueda leer mis sentimientos.
MARIANO SANTORO