Las puertas se abren y están preparadas a recibir a todo aquél que llegue para sumar.
El calor de hogar, ya se siente y hay aroma a mucho amor.
Ya se pudo ordenar todo lo que alguna vez ocupó lugares importantes.
Lo valioso, ya está protegido.
La sonrisa, ya se instaló en el rostro y enaltece su belleza.
El cuerpo fuerte, deja la pesadez para darle paso a los saludos.
La iluminación es la que se considera correcta y los que lleguen, podrán hacer sus aportes.
Cada persona tiene un color y un brillo.
Cada emoción tiene sus estados y los que aprendieron a canalizarlas, encontrarán su lugar, en este hogar.
Siempre habrá vecinos que mirarán y querrán saber qué sucede adentro.
Pero la transparencia de las acciones, podrán ser vistas por todos.
Una vida de sinceridad no se debe ocultar jamás.
El vestuario ideal para este acontecimiento, es tan blanco como la pureza del alma.
Y el rojo corazón se expande porque sabe que esta vez podrá expresar todo desde su núcleo.
Ya no hay temores, ni rencores; no hay dolores y sí, amores que son parte del recuerdo.
Todo se abre porque el crecimiento personal llegó a su madurez.
La mágica llave que bien supe guardar durante años, hoy da el giro correcto hacia la apertura mental.
Todos los que sepan amar, los que quieran recibir abrazos sanadores, los amantes de las palabras adecuadas.
Bienvenidos sean.
MARIANO SANTORO