En algún momento de la vida, dejamos las obligaciones y los deberes, para darnos el lujo de vivir.
Recordar lo acontecido en nuestra existencia.
Esos viajes emocionales en los que nos reencontramos con todas las grandes cosas que queríamos ser.
Y también nos cruzamos con lo que logramos.
Y ha quedado mucho que no se cumplió y la misma vida sabrá los motivos.
Hoy nos cruzamos con nuestra sombra y ella aún sigue bailando.
Haber bailado cada canción en la que nuestra pasión, quería expresarse.
Las miradas hoy bajan con algo de tristeza.
El corazón sigue latiendo con algunas esperanzas.
Y nuestro destino quiere hablarnos.
Aún tiene mucho por decir, porque jamás nos entregamos.
Siempre hemos luchado por los valores aprendidos.
Crecimos y nos fuimos adaptando a través de golpes y de cambios mentales.
La memoria nos acompaña trayendo sólo lo que nos hace bien.
Y aparecen nombres y personas, cuerpos y fantasmas de lo que no fue.
Las sombras siguen estando porque brillamos.
La luz interior está fiel a nuestro lado.
Los pensamientos saben bailar y nos reencontramos en alguna calle de la infancia.
El barrio sigue estando, al igual que el amor que te sigo teniendo.
MARIANO SANTORO