Mis manos han escrito demasiadas historias en las que mi mente se focalizó, creyendo que podría hacerlas realidad.
Las mismas manos que olvidaron lo que se siente en una caricia de amor genuino.
Me transformé en un buen director, pero por el momento, no era el protagonista.
No es una tarea fácil cumplir varios roles a la vez.
Quizás en mi rol de diseñador, te dibujé sin saber que existías.
Y la causalidad nos encontró.
Es probable que el tiempo de preparación llegó a este presente.
Y qué mejor regalo que quedarme a contemplar tu sonrisa, la que junto a tu mirada, me hablan.
Juntas, dicen las palabras que hace mucho quería escuchar.
Es muy linda la sensación de sentir que podemos ser parte de la vida de los demás.
El destino nos abrió sus puertas y el puente del amor, nos unió.
La ruta es desconocida y nos dejaremos llevar por la sorpresa.
No hay mejor velocidad que los latidos del corazón.
Disfrutar del viaje y el rumbo, será el que nuestros ideales nos lleve.
Llevaremos lo necesario para que tengamos una buena estadía.
Nuestras manos se unen y esos dedos que tímidamente se entrelazan, ablandan la dureza de los golpes de la vida.
Uno sobre uno, uno dentro del otro, siendo 2 en 1.
La mejor oferta que nos ofrece la vida en nombre del amor.
Me permitiré dar lo mejor de mí, porque mientras vos estés bien, yo seré feliz.
MARIANO SANTORO