Los bellos recuerdos llegan a través del calendario.
Y lo hacen para emocionar el cuerpo y el alma.
El comienzo de una historia que se hizo eterna.
Llena de hermosos momentos y que juntos, también atravesaron toda clase de circunstancias.
Naturalmente han ido construyendo cada emoción y sentimiento para fusionarlo con el amor.
Y se vieron en el otro.
Reflejarse para encontrarse.
Celebraciones varias y variadas, pero siempre está el detalle de traer ese instante que renueva y fortalece.
Y los mensajes del destino, son constantes.
Desde un gorrioncito, a canciones.
Desde un pensamiento, a fotos que aparecen.
Desde un sueño, hasta una charla que se revive y se hace demasiado real.
Y aunque haya una distancia física, hay un acercamiento álmico que será para siempre.
Algunas lágrimas se cruzan con sonrisas y siguen su curso.
La naturaleza del amor es inmensamente amplia.
Y la realidad duele, pero nos ayuda a comprender que se ha hecho mucho en esta experiencia de vivir.
Y traer la remembranza, nos emociona profundamente.
Y siempre habrá mucho más por hablar y contar.
El corazón valora y respeta a la mente que protege y guarda lo compartido y eso, jamás se quiebra, sino que se hace más firme.
MARIANO SANTORO
