El Otoño te vistió de alegría.
Fuiste a tu placard emocional para cambiar algunas prendas.
Y no sólo agarraste lo necesario para abrigarte, sino que le pusiste color a tu ánimo.
El dorado cotidiano se fusionó a la perfección con lo que tenías en mente.
Ya venías fabricando pensamientos que eran muy positivos.
Y todo a tu alrededor fue mutando y combinando con tu interior.
Pocos han sabido de tu cambio real y profundo.
No es cuestión de salir a contar lo que tanto trabajo te costó.
Y los que te conocen, verán el brillo radiante de las personas resilientes.
Atravesaste modas y estaciones.
Sólo te detuviste cuando viste algo que llamó tu atención.
Y te regalaste tiempo y algún accesorio sentimental.
Le reíste a la vida, luego de dejar caer varias lágrimas por gente que nunca tuvo valores.
En un instante te sorprendiste cuando una bella mariposa te pidió permiso para posarse en tu mano.
Jugó un ratito con tu cabello y se hizo amiga.
La niña en vos, se sintió libre y adulta por vez primera.
Ya te harás de un momento para tomar las decisiones importantes.
Llegó la hora disfrutar y soñar con toda tu fuerza.
Y que tus ojos iluminen tu modo de ser.
MARIANO SANTORO