El maravilloso mundo del arte abre sus puertas a través de los libros.
La llave de la sabiduría a la espera de nuestra visita.
Y me animo y permito rumbear por nuevos caminos.
Me dejo sorprender por lo que me toca observar.
Valorando cada imagen y la protejo en mis recuerdos.
Todo parece novedoso cuando estuvimos encerrados tanto tiempo.
Y las emociones se liberan y comienzan a jugar.
Corren por cada página y se divierten con las palabras que entretienen la visual.
La ruta se ensancha a medida que doy mis pasos seguros.
La firmeza de mis decisiones logran objetivos inmediatos.
Muchas hojas por delante y probablemente corregiré algunas cosas.
Versionando mi destino y hacerlo a mi manera.
El estilo de la personalidad que se imprime con la pasión por el accionar.
Montañas de saber que se ven en el horizonte por venir.
La mente dispuesta a seguir aprendiendo.
No hay cansancio cuando hay ganas.
Leyendo, hago mis viajes eternos y escribo notas adicionales.
Escucho mis silencios que siempre tienen algo por decir.
Allá voy, con fe por lo que está tan cerca que ya se hizo piel.
MARIANO SANTORO
