Hace un tiempo prudencial, se juntaron todas tus emociones.
Cada una tenía algo por decir y organizaron una reunión.
Fuiste testigo presencial de una conversación adulta y que marcaría tu futuro.
Tu niña interior también dio el presente y visualizaba y escuchaba cada palabra.
Cada tanto, se acercaba a vos y te susurraba que eso que habían dicho, era importante y real.
Vos no sólo que acumulaste todo lo oído, sino que te tomaste el tiempo suficiente para discernir lo que era valioso para vos.
Te diste cuenta que habían pasado varias horas y te corriste.
Buscaste tu propio espacio para reflexionar.
Y sentiste que tu cuerpo tenía hambre.
Pero optaste en alimentar tu mente y todos los pensamientos.
Ese sería el comienzo ideal para lo que ya estabas generando.
Proteger cada instante de lo que has sido como ser humano, tendría tus huellas.
Te aferraste a algunos recuerdos, los pusiste en un lugar adecuado y continuaste.
Y te animaste a planificar y eso, también consiguió una ubicación privilegiada.
Y casi de sorpresa, giraste en cámara lenta en 360 grados.
Y viste una jaula.
Esa misma que te mantuvo quieta y no podías avanzar sobre tus anhelos y deseos.
Ya sos consciente de que existe una salida y que la llave está adentro.
El amor te da la bienvenida en este nuevo comienzo.
MARIANO SANTORO
