Fue de manera espontánea y me animé a salir a encontrarme con lo que el destino me avisó en sueños.
Mis piernas reaccionaron automáticamente.
La mente no tuvo tiempo para pensar y se largó hacia ese camino.
Y comencé a caminar inspirado y atento a las sorpresas.
Vi pasar muchas imágenes a una excesiva velocidad, pero sabía que algo nuevo estaba por ver.
Demasiadas veces, la vida me demostró que el asombro, rompe estructuras.
Y se fueron corriendo los edificios y todas las personas.
Me vi en una gigante soledad, pero acompañado por paz natural.
Visualicé 3 portales que al acercarme, comprobé que eran espejos.
Reflejaban distintos momentos de lo que había vivido.
Y también, había partes en blanco, llenas de luz.
Percibí que se trataba del futuro.
De todo lo que estaba por escribir.
Y se manifestó una presencia divina que me dijo palabras con el corazón.
Sonreí porque supe inmediatamente de quién se trataba.
Y obvio que escuché y presté atención al mensaje.
Reflejos llenos de experiencia.
Oportunidades que se abrían y me decían que confiara.
Y todo a mi alrededor brilló tan fuerte, casi elevándome hasta mirar una película que aún le faltaba tiempo.
MARIANO SANTORO