lunes, 19 de diciembre de 2022

Festejo

 

Festejo, porque todo el año uno se prepara para encontrarse con uno mismo y llegar a renacer.
Celebro seguir siendo quien soy, con mis convicciones y creencias.
Ejerciendo mis valores y aprendiendo de errores para crecer.
Musicalizando mis días para ponerle ritmo y que logre la armonía deseada.
Levantando mi mano con alguna copa llena de bebida espirituosa, porque miro al cielo y me sobran motivos para brindar.
Me lleno de alegría, sabiendo que lo que siento, hoy está compartida por un país.
Y esa el la raíz de la fortaleza para construir algo de verdad.
La ficción ya aburrió.
La ilusión siempre está, como un niño armando su arbolito sabiendo que a la vez, está construyendo su fe.
El perdón es una palabra gigante para regalarla a gente virtual.
La razón se acelera, pero lo que más importa es que el corazón se tranquilice.
La mente viaja a velocidades mentirosas y la realidad nos cachetea.
Y las luces tienen sus propios colores, ya cansados de comprar espejitos.
Ya sabemos hacia dónde queremos ir, no hay dudas, no hay durante, ni pendientes.
No hay parates, sólo hay avances y aunque sean lentamente, se hacen de manera inteligente.
Rendir, sí, pero sólo con los reales maestros en la escuela de la vida, no con maquetas que no tienen consistencia.
Hacerle honor a la amistad y abrazarnos hasta sanar.
Luego llegarán las sonrisas hasta que se transforman en carcajadas.
Y el regalo más preciado, es levantarnos y agradecer.
MARIANO SANTORO