martes, 29 de marzo de 2011

Con ayuda todo es posible

Hay muchos estados anímicos que se los puede tomar como positivos o no.
La soledad, si uno no sabe o no consigue adaptarse, puede lograr en nosotros, efectos muy negativos.
Cuando aumenta el nivel de daño emocional, se le suman otros estados.
La desesperación es uno de los más importantes.
Cuando nos invade, nos descoloca.
La mente se distorsiona, el corazón funciona a reglamento, o sea, lo más básico y simple posible.
Instantáneamente se le suma la crisis.
Ya nuestro cuerpo no soporta nada y todos los órganos y sentidos pierden su eje y se desequilibran.
Y son demasiadas cosas para un simple mortal.
Si saliésemos por unos minutos de nosotros, mirándonos desde un contraplano, en perspectiva; podremos, en caso de tener un momento de lucidez, ver que todo tiene solución.
Lo que más queremos decir y expresar en momentos malos, es: Me siento bien!
Y tener la convicción de que es real.
La receta en este caso y en muchos más que nos puedan afectar, tiene un nombre: Ayuda.
Pero muchas veces nos creemos autosuficientes, héroes y por un simple orgullo, no pedimos ayuda.
Ninguno tendría que llegar a ese extremo.
Si nos rodeamos de gente positiva, con energía extremadamente sana, esa misma gente se dará cuenta y nos tenderá una mano.
El orgullo y la voluntad propia nos frenan a pedir, como si fuese malo.
No es limosnear, es pedir y se hace cuando lo necesitamos.
No somos dioses que podemos reinventarnos.
No somos máquinas que podemos resetearnos.
Somos humanos y nos pasan cosas.
Sufrimos y tenemos momentos felices.
La ayuda real llegará de un corazón puro y la víctima (palabra mala si las hay) tendrá su recompensa.
Intentemos no llegar al extremo para pedir ayuda.
Que ese precipicio emocional y físico no nos deje llegar al borde, al límite y a punto de caer.
Dios no lo permitirá.
Pero la ayuda se pide si uno quiere recibirla.
No subestimes a nuestro entorno ni a vos misma.
Ayuda es lo primero que debemos pedir cuando estamos mal.
Quizás por esos juegos del destino, AYUDA empieza con A; al igual que ALMA, al igual que AMOR.
Si de nuestra pureza que es el alma, dejamos salir el verdadero amor, quien necesite ayuda, recibirá lo mejor.
Pidamos ayuda y agradezcamos que tenemos a quien pedirla.
MARIANO SANTORO